EL MISTERIO ESTABA LLENO DE RECURSOS ESTIVALES.
YO BUSCABA EL ENIGMA EN SU PIEL EN LA AGÓNICA PERMANENCIA,LAS ESTANCIAS.
POR LAS MARISMAS SOLEDADES DESTALLANTES,EN LOS LÍQUIDOS PERFILES DE CINTURA.
SI VUELVE A LA CASA Y SONRÍE,SI VUELVE A LA CASA Y SE SONRÍE.
TODO EL MEDITERRÁNEO,TODOS LOS VIOLINES ROZARÁN SUS DIENTES.
ERA ESPUMA DE AMOR QUE SE DESVANECE EN EL FONDO NÓRDICO DE SU MIRADA.
EN ESTOS MOMENTOS LO SÓLIDO SE DESHACE AÉREO Y NOCTURNO.
COMO UNA NOCHE DE REPTILES.
COMO UNA NOCHE SIN FIN RESBALABA.
RELUMBRANDO EN SU GOZO AURAS EXTRAÑAS.
MIENTRAS MI PERRO LADRABA EN LA CORNISA Y UN GATO PERSA SOLITARIO Y EXPECTANTE CONTEMPLABA SU DENSA LÁGRIMA.
LAS VENTANAS AZULES ACRISTALABAN SU ROSTRO.
SU MIRADA FIJA EN LOS FÓSFOROS MARINOS REPETÍAN JÁBEGAS.
PERO SOBRE TODO,TÚ SILENCIO.
LA PALABRA,SU PALABRA VINO A MÍ.
DIALOGABA..¡SÍ¡..CON UN SOL LUMINOSO Y SU CUERPO BAÑADO SOLEABA LOS MARES SIN ANGUSTIA.
RECUERDO SU LLEGADA.
SU MIRADA LEJANA.
RAFAEL CARMONA JIMÉNEZ.
POEMA TRANSCRITO EL DÍA TREINTA Y UNO DE ENERO DEL AÑO 2012.
A LAS SIETE Y CINCO DE LA TARDE.
ESCRIBO SIEMPRE DESDE MACHARAVIAYA
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