AMANECÍA Y UNA LUZ DE COLOR AZUL TALADRABA LAS VENTANAS,ESPARCIENDO SOMBRAS AZULES Y VERDES POR LAS HABITACIONES DE LA CASA.HACÍA MUCHO TIEMPO QUE NO DESPERTABA DE SUS TERRIBLES PESADILLAS,CON TANTA TRANQUILIDAD.EL RÍO DISCURRÍA POR EL VALLE CERCANO,BRILLABA.FLORES SONRIENTES.MARIPOSAS DE COLORES Y LA MONTAÑA.A LO LEJOS SE OÍA EL TAÑIDO DE LAS CAMPANAS.DECIR LAS COSAS SENCILLAS DE LA VIDA DE FORMA LLANA Y COMPRENSIBLE ES MUY DIFÍCIL Y ÉL LO SABÍA.NO TENÍA PARA ÉL,IMPORTANCIA,ESTE AÑO NUEVO,UNA VEZ MÁS LA TIERRA HABÍA VIAJADO.TODO EL UNIVERSO HABÍA GIRADO COMO HACÍA AÑOS.POR ESTA RAZÓN NO LE DIO IMPORTANCIA.SE MIRÓ EN EL ESPEJO Y NO VIO NADA NUEVO.TODO TENÍA UN AÑO MÁS,NUEVAS MUERTES,NUEVAS VIDAS,NUEVAS CÉLULAS.ESTABA ABSORTO Y MEDITANDO EN FILOSOFÍAS TRASCENDENTES SIN IMPORTANCIA.LA SOLEDAD ENTRÓ POR LA VENTANA CON UN MANTO DE FLORES.UN LEVE RUIDO,ALGO ASÍ COMO UN VESTIDO QUE ROZABA EL AIRE,MARIPOSAS.UN OLOR,UN PERFUME DE FLORES FRESCAS MERODEABA POR LA CASA.TODO ESTABA IGUAL.SENSACIONES MENTALES,TRAMPAS PARA INGENUOS,PENSÓ.ENTRÓ EN EN EL DORMITORIO Y VIO A UNA ANCIANA Y TAMBIÉN VIO,CUBIERTA EN LA CAMA CON SÁBANAS BORDADAS A UNA NIÑA DORMIDA QUE ERA EL AÑO NUEVO.
RAFAEL CARMONA JIMÉNEZ.
DÍA UNO DE ENERO DEL AÑO 2012.
A LAS DOCE DE LA MAÑANA.
ESCRIBO SIEMPRE DESDE MACHARAVIAYA
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