domingo, 2 de febrero de 2014

EL SILENCIO DE LA NOCHE

Cual afilada guadaña,decapitó a las palabras que al no tener cabeza tampoco tenían ojos ni oídos
Deambulaban sin rumbo chocando unas con otras
Las palabras con sus manos aún no cercenadas escogieron
¡NO IMPORTA QUÉ CABEZA¡
Y en los hombros se la encajaron
La palabra silla se había puesto la cabeza de la palabra cordero
De forma que si te decían
¡Trae un cordero¡
¡Te traían una silla¡
Al no tener un significado concreto las palabras
¡Las conversaciones se hicieron abstrusas¡
¡Y qué dijéramos si la palabra Cielo se puso la cabeza de la palabra maletín
O la palabra calor se puso la cabeza de la palabra gélido
Y no fue DIOS quién confundió a los hombres para que no se entendieran entre ellos
¡NO¡
Fueron los mismos hombres los que le pusieron las cabezas incorrectas a las palabras
Y por eso no se entienden
¡ENTRE ELLOS¡
Rafael Carmona Jiménez
Día dos del mes de Fbrero
Y del Año 2014
Eran las diez y media de la Mañana 

No hay comentarios:

Publicar un comentario