EL ÁRBOL ERA UNA MANCHA OBLONGA EN EL ESPACIO,COMPRENDIDO CON LOS OJOS CERRADOS.EL ÁRBOL ASCENDÍA DESDE EL MAR BLANCO,DE SILENCIO.
LAS MANOS UN VIENTO FRÍO RETORCÍAN EL OLEAJE.
EL MAR OCULTO Y NEGRO DE LOS CARACOLES SALTABA EN EL COLMILLO DE LA ESPUMA,A MODO DE EFÍMEROS TERMITEROS SALINOS Y ABANDONABA LA PLANITÚD DEL HORIZONTE.AZUZADO POR NUBES AZULES DEL ATARDECER VERDECÍA EN ROJOS REVUELTOS Y CRISANTEMOS.
¡LA FLOR DE LOS MUERTOS¡.
EL SOL REBOTABA EN EL ABRAZO SENIL DE LA OLA EN LAS OLAS DE HERIDAS,PINGAJOS DE LOCURA REUNIDOS EN LAS AGUAS.
LAS NUBES SE ENREDABAN EN ,LENGUAS DE LLAMAS Y ERAN COMO PIELES DESTROZADAS AGUIJONADAS Y DULCES,QUE COMIENZAN CON EL LLANTO AL ENCUENTRO DE LOS POZOS.
TODO ESTO LO VEÍA EN SU BOCA DE OJOS EN LOS OJOS Y EN LOS OÍDOS,CON EL FRÍO QUE CUARTEABA LOS RECUERDOS Y DABA PASO A INACCESIBLES ARMONÍAS.
ESTAS TARDES DENSAS Y RUGIENTES QUE VIENEN A DERRAMARSE ENTRE LAS PIEDRAS Y LAS ARENAS SON BENEFACTORAS DEL SOSIEGO.
SE METEN POR LA PIEL Y SE INSTALAN EN LOS HUESOS FUNDIÉNDOLOS.
TODO EN UN INSTANTE DELICADO Y DOLOROSO.
ESTABA DENTRO DE UNA DIGESTIÓN GIGANTESCA Y EL REPUGNANTE REGURGITAR DEL UNIVERSO JUGABA CON UNA SENSACIÓN DE EXISTENCIA,ACARICIÁNDOLO POR LA BOCA PARA CONTEMPLAR LA LUZ DE FRESA O LO DEVOLVIÓ A LA OLOROSA CLOACA DONDE SE RECOGÍAN LOS DESHECHOS.
EL MAR COMO DEPÓSITO DE LA VIDA ESTABA LLENO DE MUERTOS,DE UNA ESPESA COPA DE OJOS HÚMEDOS Y HUECOS QUE FORMABAN MAGIAS CONTINENTALES PROTEGIDAS POR MUROS DE CAL.
TENÍA LA SENSACIÓN DE HABER HECHO UN LARGO VIAJE.
¿ESTÁS DORMIDO?.
SÍ.
VIENES DEL SENO DE LA NOCHE.
HA DEJADO CAER LAS FACCIONES SOBRE LA PALMA DE SU MANO Y PARECE RECORRER PAUSADAMENTE LAS SILUETAS QUE SE ESCONDEN EN LA ELIPSE DE LAS AGUAS.
LA VENTANA DIBUJADA EN LA PEDRERÍA DEL FARO SE MUESTRA RUTILANTE DE AGUJEROS SIN PENUMBRA QUE RECORTA SU CUERPO Y ESTÁ EN SUEÑO DE LUZ.
ERA LA HORA INCIERTA.
EL MOMENTO EN QUE LOS LABIOS BESAN LA FRUTA CUANDO SE ABREN LAS PUERTAS DEL AIRE Y EL SILENCIO INVADE EL SUSURRO DE LA TARDE.
SE HABÍA LEVANTADO UN VIENTO FUERTE A RATOS ARDIENTE QUE REMOVÍA LAS ARENAS.
UNA FAJA DE VIOLETAS AMARILLAS SE DESPLAZA AL INTERIOR TINTANDO LA ESPUMA.
ABRIENDO LAS PIEDRAS CAÍDAS QUE PROTEGEN EL FARO.
LA HUMEDAD SE EMPAPABA EN LOS CAMINOS Y CON LAS GAVIOTAS VINO UN VIENTO FRESCO QUE RECORRÍA NUESTRAS ESPALDAS.
EL SOL EN LA CENIZA DE LA TARDE SE DESMADEJABA EN TRENZAS DE LUZ DE BRILLANTES ESCAMAS Y CIRUELAS ENREDADAS EN LOS
PELOS DE LA NIEBLA.
MAULLIDOS DE ANGUSTIADOS ALETÉOS SALPICAN EL AGUA.
POR ORIENTE SE ESCAPA VECINA DE LOS OJOS CERRADOS.
EL ESPOLÓN DE ROCAS SE ADENTRABA EN EL MAR COMO UNA EXPLOSIÓN ÓSEA.
LAS TURBULENCIAS DE LAS NOCHES RAJADAS Y REDONDAS POBLADAS DE LUNAS Y JADES GASEOSOS.
CUANDO RECORRÍA LA OSCURIDAD PALPABLE ASCENDÍAMOS.
EL FARO SE DIVISABA EN LA CIMA Y PARECÍA FLOTAR SOBRE LAS AGUAS.
RAFAEL CARMONA JIMÉNEZ.
ESCRITO EN EL AÑO 1996.
TRANSCRITO EL DÍA VEINTE Y CUATRO DE NOVIEMBRE DEL AÑO 2011.
A LAS NUEVE Y VEINTE Y CINCO DE LA NOCHE.
ESCRIBO SIEMPRE DESDE MACHARAVIAYA.
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