como todos aquellos cuya única compañía es la soledad
hablaba consigo mismo y con él mismo dialogaba
también tenía ciertas costumbres ciertos hábitos como por ejemplo ordenarlo todo una y otra vez y en l0os objetos inclusive su afecto y cariño depositaba
la limpieza y el orden eran su apoyo
guardaba libros fotos y cualquier cosa que para él hubiera significado algo en un momento determinado de su vida
pero
había un hueco vacío en una de sus muchas estanterías
.-¿qué falta?
se preguntaba
para aminorar su perenne sensación de soledad daba paseos por las tardes y por las noches y a pesar de todo no tener que saludar ni hablar con nadie
una noche a la vuelta de una esquina que estaba en su propia calle vio un esca0parate
y se dijo
.-¡nunca en mis paseos he visto este escaparate¡
y se detuvo para ver lo que en el escaparate había expuesto
y de entre todos los variopintos objetos se fijó en una muñeca
una muñeca de porcelana con los ojos fijos y abiertos
la muñeca era de porcelana y llevaba un atuendo de el siglo diez y nueve
le pareció que la muñeca lo miraba
más no se atrevió a entrar en la tienda y volvió a su casa
ya de3 noche y acostado la visión de la muñeca permanecía y la imaginaba sola en el escaparate
a la tarde siguiente volvió a ver el escaparate y decidido a comprar aquella muñeca
y desenado tenerla en su casa buscó y buscó el escaparate
.-¡estaba aquí¡....'...¡estaba aquí¡
con desesperación se decía
.-es posible que me haya equivocado y no estuviera aquí el escaparate con la muñeca solitaria
y buscó y buscó por las calles aledañas una y otra calle y no había ningún escaparate
comenzó a llover tormenta y fuerte viento
así que regresó a su casa muy decepcionado
pero
cuando se dirigió al hueco de la estantería que estaba vacío
allí mirándolo estaba la muñeca de porcelana
rafael carmona jiménez
publicado a las diez y cuarto de la noche del día veinte del mes de junio
y del año 2017
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