moviase por sus calles la vida
era un continuo fluir de nueva y fresca agua de la fuente eterna
ella la ciudad permanecía quieta estática oyendo el incesante gorgoteo de la vida
era una contemplación morbosa la de la ciudad sobre la vida tal era que imbuirse quería dentro de si misma para en si contemplar la vida
surgió como la pequeña luz en la demencia y creció con la claridad
por su claridad creyose inmune y las tentaciones la cegaron cayendo en un abismo de enfangado de pasiones
entonces nació la muerte paradoja de pensar el nacimiento de la vida de la muerte que dará muerte a la vida
y así fue
entonces nació la muerte y creció y corrió junto con la vida por entre las calles de la ciudad dentro del abismo
una hacía germinar el germen viendo con calor su resbalar suave a través de sus lomos de onduladas sombras
como blandamente posado fructificaba com débilmente iniciado emprendía contemplaba
la muerte accionaba el sesgo de la vida deshacía retorcía su arteria vital desmembrando su unión refocilándose al ver su caída vertiginosa a través de sus lomo ensangrentados y como con seco golpe y leve glotear caía hundiéndose en su seno hirviente de gélido hielo
rafael carmona jiménez
escrito en el año 1970
y publicado a las diez menos veinte y cinco de la noche del día treinta del mes de junio