EL QUINQUÉ ILUMINABA SU ROSTRO,QUE SE RECORTABA ENTRE LOS ENCAJES
TENÍA LOS MUEBLES Y SU ROPA METIDA EN LOS CAJONES DE LA LA CÓMODA QUE ESTABAN SIEMPRE LIMPIOS
DESDE AQUEL,YA LEJANO DÍA DE LAS TORMENTAS,NO HABLABA
SE HABÍA QUEDADO SOLA Y SIEMPRE,SIEMPRE MIRANDO ATENTAMENTE POR LA VENTANA
EL FARO DESTRIPABA LAS NUBES Y ROMPÍA LAS TINIEBLAS
¡MUCHOS BARCOS HABÍAN ZOZOBRADO EN LOS ESCOLLOS¡
BARCOS QUE NO LLEGABAN A SU DESTINO
PERO ELLA ESPERABA Y ESPERABA EL BARCO
LAS GAVIOTAS PICOTEABAN LAS NUBES Y LA BLANCURA DE LOS DELFINES RELUMBRABA EN LA BRUMA
¡ELLA SIEMPRE ESPERABA¡
¡SIEMPRE,SIEMPRE TODO LIMPIO Y ORDENADO
¡POR SI ÉL VIENE¡
PERO NO SE VEÍA NINGÚN BARCO EN EL HORIZONTE
¡LA TORMENTA ARRECIA¡
ELLA DIVISA UN BARCO
¡SE ACERCA,SE ACERCA¡
¡EN EL BARCO VIENE¡
ELLA PIENSA
PERO EL BARCO DESAPARECE,DESAPARECE ENTRE LAS ESPUMAS DE LAS OLAS Y LA NIEBLA
¡ELLA SIGUE ESPERANDO¡
EL QUINQUÉ SE HA APAGADO
EL ZAGUÁN SE QUEDA A OSCURAS
LLEGA LA NOCHE PERPETUA
PERO ELLA SIGUE ESPERANDO
¡POR SI ÉL VIENE¡
¡POR SI ÉL VIENE¡
RAFAEL CARMONA JIMÉNEZ
DÍA OCHO DE AGOSTO DEL AÑO 2012
A LAS CINCO Y MEDIA DE LA TARDE
PUEDO ESCRIBIR DESDE CUALQUIER LUGAR
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