lunes, 26 de diciembre de 2011

LA HIEDRA

¿quién podría describir aquel olor?-
¿aquel sabor?.
¿aquel abrazo de su padre.
¿aquel beso de su madre?.
¿quién podría describir aquel bosque,aquellas montañas?.
¿quién podría describir y contar sus recuerdos?.
¡nadie¡.
los recuerdos son fardos pesados que aligeramos con nuestra imaginación.
los recuerdos son láminas de acero  que construyen un edificio indestructible.
los recuerdos son monos ermitaños y silenciosos que vagan y navegan por la conciencia.
una ligera llovizna caía sobre los montes,el día estaba gris y las nubes negras se movían con el viento.
la tarde era propicia para el sueño y la tranquilidad imperaba.
silencio.
un leve ruido se oyó en la parte inferior de la casa.
la hiedra que cubría el muro temblaba.
fue a indagar la procedencia del ruido y vio una pequeña raíz que estaba saliendo del suelo y sabía que la raíz podría destruir su casa.
¡la cortó.
¡la cercenó¡.
pero empezaron a salir del suelo más y más raíces y a él no le daba tiempo de cortarlas a todas.
los recuerdos viven.
son autónomos tienen vida propia y resucitan durante la noche,en el sueño.
la hiedra fue cubriendo los muros ,axfisiando las puertas y ventanas de la casa.
el interior de la casa estaba sombrío y oscuro.
él se enfrentaba a sus recuerdos.
mentiras,cobardías,falsedades,pesimismos y ciertos aunque muy pocos recuerdos alegres.
ya vencido por los recuerdos desistió.
pero vivió un pequeño recuerdo de cuando era niño.
un recuerdo en el que miraba extasiado la luz del sol.
y ese recuerdo hizo que el sol se abriera paso por la hiedra.
y la casa se iluminó.
rafael carmona jiménez.
día veinte y seis de diciembre de año 2011.
a las doce de la mañana.
escribo siempre desde macharaviaya.

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