HABÍA DEJADO EL LIENZO BLANCO EN EL CABALLETE.LO MIRÓ FIJAMENTE Y LE PREGUNTÓ ¿ESTÁS AHÍ?.
APARECIÓ UNA SILUETA DE MUJER QUE SE HIZO INVISIBLE INMEDIATAMENTE.
ERA LA NOCHE Y CON MIEDO DE ALTERAR EL BLANCO INMACULADO,SE FUE A PASEAR.
ERA OTOÑO Y LAS HOJAS DE LOS ÁRBOLES VOLABAN EN EL VIENTO.
LA PREOCUPACIÓN DEL PINTOR IBA CRECIENDO COMO SIEMPRE LE PASABA CADA VEZ QUE EMPEZABA UN CUADRO.
TENÍA QUE PENSAR BIEN EN LOS COLORES PORQUE IBA A PINTAR LA SILUETA DE MUJER QUE HABÍA APARECIDO EN EL LIENZO.
PREOCUPADO DE FUE A PASEAR.
ESTANDO EN LA CALLE ESCUCHÓ QUE EL LIENZO LE LLAMABA.
FUE A SU TALLER.
EL LIENZO BLANCO RESPLANDECÍA EN LA OSCURIDAD Y UNA LUZ DE COLOR AZUL ENTRÓ POR LA VENTANA.
SINTIÓ,ENTONCES,QUE DEBÍA COMENZAR EL CUADRO CON UNA LÍNEA AZUL Y LUEGO VENDRÍAN LOS DEMÁS COLORES.
PINTÓ EN COLOR AZUL UNA LÍNEA,SOBRE EL LIENZO,PERO NO LE GUSTÓ.
LA BORRÓ Y AL BORRAR LA LÍNEA TODO EL LIENZO SE LLENÓ DE COLOR AZUL.
NERVIOSO Y COLÉRICO UTILIZÓ MÁS COLORES,PERO NO ENCONTRÓ LOS COLORES QUE BUSCABA.
EL CUADRO LE VENCÍA Y ESTUVO A PUNTO DE ROMPERLO,DE RAJARLO,DE QUEMARLO.
SU TALLER ERA UN CAOS,TUBOS DE ÓLEO APLASTADOS,PINCELES ROTOS Y PEGOTES DE ÓLEO POR TODAS PARTES.
EL LORO QUE TENÍA Y CON EL QUE HABLABA SE RIÓ AL VER SU DESESPERACIÓN.
EN EL TALLER DEL PINTOR IMPERABA EL SILENCIO.SOLAMENTE SE ESCUCHABA TEJER A LAS ARAÑAS Y TRABAJAR A LAS HORMIGAS.
EL QUERÍA PINTAR LA SILUETA QUE HABÍA APARECIDO EN EL CUADRO.
LA SILUETA DE UNA MUJER LEYENDO SOLA EN UN JARDÍN.
AGOTADO Y DESCONCERTADO DURMIÓ PROFUNDAMENTE DURANTE DOS DÍAS Y EN SUEÑOS SE VIO PINTANDO EL CUADRO.
EL PINTOR SE LEVANTÓ DE LA BUTACA Y COMENZÓ A PINTAR ENLOQUECIDO.
TERMINÓ EL CUADRO EN POCO TIEMPO.
YA ERA DE DÍA,HABÍA ESTADO PINTANDO TODA LA NOCHE Y TRANQUILO SE FUE AL PARQUE CERCANO.
YA ERA DE NOCHE CUANDO VOLVIÓ A SU TALLER.
SU TALLER ESTABA ILUMINADO Y VIO UNA SOMBRA ASOMADA A LA VENTANA.
¡SUBIÓ LAS ESCALERAS¡.
ENTRÓ A SU TALLER.
SU TALLER ERA UN JARDÍN Y EN EL JARDÍN HABÍA UNA MUJER LEYENDO UN LIBRO.
RAFAEL CARMONA JIMÉNEZ.
DÍA DIECIOCHO DE DICIEMBRE DEL AÑO 2011.
A LAS DOCE Y CUARTO DE LA MAÑANA.
ESCRIBO SIEMPRE DESDE MACHARAVIaya.
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