tengo la inveterada costumbre de estar presente cuando sale el sol
¡bello amanecer¡
y esta costumbre es superior a las gélidas mañanas de invierno
fue hace dos días cuando esperé en el paseo marítimo de el rincón de la victoria a que saliera el sol
una muralla de nubes oscuras en el horizonte
una incierta claridad en las aguas de el mar
algunas avispas de luz destellaban
una gaviota
aún era de noche
de pronto percibí que se abría una llama de luz entre las densas nubes
una llama de luz incierta que se abría paso disolviendo la oscuridad
y vi que era una puerta de luz
la puerta de el cielo por donde las almas salían y entraban
rafael carmona jiménez
publicado a las diez y diez de la noche de el día dos de el mes de febrero
y del año 2017
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