CUANDO ERA UN NIÑO
HABÍA ENFRENTE DE MI CASA,OTRA PERO ABANDONADA
COMO LA CANCELA ROTA,DE HIERRO OXIDADO ESTABA ABIERTA,PODÍA ENTRAR Y JUGAR EN UN JARDÍN,CUYAS PLANTAS Y ÁRBOLES,AL NO SER CUIDADOS,HABÍAN CRECIDO DE UNA FORMA DESMESURADA
EN UN COBIJO QUE HABÍA HECHO CON LAS SECAS RAMAS DE LOS ÁRBOLES,ME ESCONDÍA
EL COBIJO QUE PARA MI,EN MI INOCENCIA,ERA UN PALACIO LO HABÍA CONSTRUIDO CERCA DEL ESTANQUE E IMAGINABA LO QUE PUDIERA HABER SIDO LA VIDA EN LA CASA ABANDONADA
EL ESTANQUE ESTABA ADORNADO CON ESTATUAS DE MÁRMOL QUE HABÍAN ADQUIRIDO TONOS COBRIZOS QUE APARECÍAN CUANDO SE PONÍA EL SOL,AL ATARDECER
ESTABAN AQUELLAS ESTATUAS DE HIEDRA Y PLANTAS TREPADORAS QUE LAS ADORNABAN
DESDE MI COBIJO,QUE A NADIE HABÍA DICHO QUE EXISTIERA,PUES NO QUERÍA COMPARTIR MIS FANTASÍAS Y SECRETOS VEÍA LA CASA ABANDONADA
¡SI ESTABA ABANDONADA¡
MÁS NO LO PARECÍA
MUCHAS VECES PENSÉ EN SUBIR LA ESCALERA DE MÁRMOL Y ENTRAR EN ELLA
PERO
NUNCA ENTRÉ
CONTINUARÁ
RAFAEL CARMONA JIMÉNEZ
PUBLICADO A LAS DOS Y MEDIA DE LA MADRUGADA DEL DÍA VEINTE Y NUEVE DEL MES DE OCTUBRE
Y DEL AÑO 2015
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