se esparcían los rayos de el sol al atardecer iluminando las sabrosas hierbas y flores de la sabana
en el río que la surcaba los hipopótamos retozaban
un elefante macho barritaba
las gacelas hierbas triscaban ajenas al peligro que las acechaba pues los hambrientos leones con suma cautela se las acercaban
la brisa las hierbas acariciaba y era contraria
por lo tanto las gacelas no podían oler de los leones su presencia
a la más esbelta y tímida de las gacelas un león de terribles fauces y afiladas como puñales sus poderosas garras se le aproximaba
percatose la gacela de su cercanía de su presencia y ....¡cómo no¡...de sus intenciones
quedose la gacela mirando al león que fiero también la miraba
con estruendoso rugido le dijo
.-¡a devorarte vengo tu serás mi alimento en esta noche de luna llena y plateada¡
no se inmutó la gacela que le preguntó
.-¿y mañana por la noche que comerás a otra gacela matarás y devorarás?
quedose el león desconcertado ante sus palabras
y viendo a la gacela tan elegante y observando su mirada carente de miedo y acobardado ante la prestancia de la gacela la dejó tranquila con las demás gacelas y entrando en la noche se alejó diciendo para si
.-bueno ya comeré lo que sea pues esta gacela con su elegancia y timidez me ha vencido
rafael carmona jiménez
publicado a las nueve y diez de la noche de el día siete de el mes de junio
y del año 2018
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