sólo recuerdo su sortija veneciana que siempre en el dedo anular de su mano derecha
llevaba
recuerdo que me hablaba
más no recuerdo ni su cuerpo
ni su cara
recuerdo que su voz era dulce y cadenciosa
pero
no la veía
porque siempre por la niebla envuelta
estaba
rafael carmona jiménez
publicado a las doce de la mañana del día once del mes de noviembre
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